Hablaremos brevemente ahora del Teatro Principal. Este comenzó a ser edificado bajo la dirección del arquitecto Bernardino Martínez de Velasco en el año 1843, aunque no fue inaugurado hasta el 1858. Estuvo en funcionamiento hasta el año 1956, fecha en la que se cerró debido al estado de deterioro en el que se encontraba. En el año 1997 se llevó a cabo una restauración a cargo del arquitecto José María Pérez González, lo cual permitió su reapertura.
En 1884 se le adosó un edificio de forma semicircular, al que se le denomina popularmente como el “polisón”, y era utilizado como sala de conciertos de la Sociedad “Salón de Recreo”. Actualmente, de este edificio, solo se conserva la puerta de entrada.
El teatro fue realizado siguiendo un estilo neoclásico isabelino, con forma rectangular, y tiene una acústica y unas soluciones técnicas de primera categoría. Cuenta con 800 butacas, y se representan en él conciertos, danza, zarzuela y, por supuesto, obras de teatro.
Adicionalmente, el edificio cuenta también con una sala de exposiciones; biblioteca municipal; la Sala Polisón, donde se realizan conferencias o presentaciones de libros, entre otros; el Salón Rojo, donde se realizan actos protocolarios o recepciones oficiales; una Sala de Reuniones; Oficinas del Instituto Municipal de Cultura y Turismo; y la Casa de los Gigantillos, que sirve para poner en valor este tipo de figuras de tradición burgalesa, a través de las figuras de los gigantillos, gigantones, danzantes, policías de gran gala, infantones y tetines. Asimismo, en una de las fachadas laterales se puede ver también el reloj “El Morito”, que fue colocado allí en el 1887.
En Navidad salen los Reyes Magos al balcón para mandar un mensaje a los niños.